UN CAMINO GUADALUPANO EN ADVIENTO
- Fecha: 07-12-2024
- Autor: trcguadalupe.org
El Adviento es un tiempo litúrgico que nos invita a la reflexión, a creer, a confiar, en la esperanza cumplida del nacimiento de nuestro Salvador. María es la mujer del Adviento, y ella es el medio para que Jesús llegue a nuestras vidas, por tanto, ¡qué mejor ejemplo que el de ella para acompañarnos durante esta espera!, esa mujer llena de virtudes, amor, esperanza y confianza en Dios, Nuestro Señor, quien sin esperar nada a cambio cumplió sus designios.
La Comarca Lagunera, es una región bendecida por el hecho de poder celebrar a nuestra Morenita del Tepeyac con tan grandes fiestas que duran más de 20 días, en las que grandes, jóvenes y pequeños, sin importar clases sociales, se hacen presentes para agradecer por favores recibidos, para pedir su intercesión, y encontrarse ante ella, soltando todas las ataduras y preocupaciones que el mundo les provoca. Ésta es la verdadera esencia de las Fiestas Guadalupanas, vivir junto con nuestros hermanos este gran amor y poder vivir en compañía la preparación para el nacimiento de su Hijo, Jesús. Recordemos que la cinta/moño negro que aparece en su vestimenta nos recuerda que es una mujer embarazada en espera del nacimiento del Hijo de Dios.
Con el paso de los años, el avance de tecnologías y redes sociales, han ido mermando las interacciones personales profundas, acortando distancias alrededor del mundo pero alejándonos de las personas que están a nuestro lado, y esto lo hemos visto también en estas fiestas, que si bien nos pueden acercar desde cualquier parte del mundo a vivirlas, a las personas que están llegando al templo se les puede olvidar el principal motivo: el encuentro, dando prioridad a videos en vivo, fotografías, poses, y olvidando las enseñanzas de la casita del Tepeyac: el agradecimiento filial y el corazón sencillo para acoger su mensaje. Hay muchas actitudes que nos alejan de los verdaderos motivos de estas fiestas, actitudes negativas, faltas de respeto al templo, vestimentas y actitudes inapropiadas, incluso el consumo de alcohol al peregrinar. Recordemos que acudimos como hijos al encuentro de una madre, a la que encomendamos nuestra vida, preocupaciones y anhelos, sigamos los ejemplos vivos de quienes llegan con gran devoción, de rodillas, en silencio, en oración, permitiendo que el ruido de los tambores y trompetas sean un aliciente de nuestra devoción y no nos distraiga lo estruendoso del exterior. ,
Vivamos las Peregrinaciones Guadalupanas, de igual manera que María de Guadalupe con fe y amor, viviendo el Adviento, tiempo de esperar y preparar nuestros corazones para recibir el nacimiento de nuestro Salvador.