FERVOR GUADALUPANO
- Fecha: 16-12-2024
- Autor: trcguadalupe.org
La noche del miércoles 11 de diciembre se vistió de gala en Torreón, Coahuila. A las once de la noche, la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe se llenó de una multitud expectante, ansiosa por participar en la tradicional Misa de Gallo. La atmósfera era palpable: un mar de velas encendidas, el aroma a incienso, y el murmullo de oraciones y conversaciones mezcladas con el sonido de las campanas que anunciaban el inicio de la celebración. La comunidad, llegada de diferentes puntos de la ciudad y sus alrededores, ocupaban cada rincón del templo, y muchos más se congregaban fuera de él, siguiendo la misa a través de la transmisión en línea.
Monseñor Luis Martín Barraza Beltrán ofició la dichosa celebración, en compañía de Monseñor José Escamilla, el párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, Padre René Pérez, CMF, el Padre Vicente Cancino, CMF y el Padre Martín Montoya, CMF. Sus palabras resonaron en el espacio sagrado, llevando a la reflexión y a la profunda conexión con la fe de los presentes. La solemnidad del momento era conmovedora, intensificada por el canto del coro de las niñas de la casa de Jesús cuyas voces se elevaban en armonía, creando una atmósfera de paz y recogimiento.
Tras la misa, el ambiente cambió. La solemnidad dio paso a la alegría festiva, el párroco René Pérez dio tres vigorosos gritos de ¡Viva María de Guadalupe!, y a las doce en punto, con el repique de las campanas anunciando la llegada de la medianoche, comenzó la serenata. Las niñas de la casa de Jesús entonaron las tradicionales mañanitas a Santa María de Guadalupe, en donde se les unieron Monseñor Luis Martín Barraza Beltrán acompañado de Monseñor José Escamilla y de los sacerdotes concelebrantes. Posteriormente se les unió la popular banda Toro Viejo que al ritmo de tambores, trompetas y clarinetes entonaron las mañanitas entre otros cantos, creando una sinfonía de fe y devoción.
Para culminar esta inolvidable velada, el coro de niñas de la Casa de Jesús ofreció una hermosa interpretación de canciones Guadalupanas. Sus hermosas voces conmovieron a todos los presentes, dejando un grato recuerdo en los corazones de quienes participaron en la celebración. La solemnidad de la misa, la alegría de las mañanitas y la devoción de los asistentes hicieron de esta celebración un evento inolvidable.
Que Santa María de Guadalupe, ejemplo de obediencia y maternidad, continúe bendiciendo a todos los Guadalupanos, quienes con fervor gritamos: "¡Viva la Virgen de Guadalupe!".