
JUBILEO 2025 | MENSAJE DEL SUPERIOR GENERAL
- Autor: P. Mathew Vattamattam, CMF
Celebración claretiana del Jubileo 2025
"El Espíritu del Señor está sobre mí... para anunciar el año de gracia del Señor" (Lc 4,18-19).
Queridos hermanos:
Os deseo a todos un bendecido y fructífero Año Jubilar 2025.
Tras la experiencia llena de gracia de nuestro Jubileo Congregacional del año pasado, el Jubileo de la Iglesia en 2025 nos ofrece una oportunidad renovada de mantener vivo en nosotros el fuego del Espíritu y de propagar sus llamas por dondequiera que vayamos (cf. CC 9). Como Congregación peregrina, estamos llamados a caminar con esperanza, confiando en que el Señor, que nos ha guiado a lo largo de la historia, sigue caminando con nosotros. Esta esperanza es especialmente vital en un mundo en el que la desesperación, la división y la incertidumbre amenazan con apagar el fuego misionero que llevamos dentro. Los Santos Padres, desde San Juan Pablo II hasta el Papa Francisco, han subrayado constantemente la crisis de esperanza que afecta a las nuevas generaciones e incluso a los evangelizadores (cf. Evangelii Gaudium, 84). En este Jubileo, se nos invita a renovar los fundamentos de nuestra esperanza, arraigados en la fidelidad inquebrantable y en la misericordia sin límites de Dios.
El Año Jubilar está marcado por el ritual de atravesar las Puertas Santas de las basílicas de todo el mundo. Sin embargo, este acto es mucho más que un ritual: es una profunda invitación a cruzar dos umbrales sagrados que configuran nuestro camino de fe. El primero es la puerta interior del corazón, donde nos encontramos con el Señor que habita en nosotros (cf. Jn 15,4; Rm 8,9) y permitimos que los latidos de su corazón resuenen en nuestro interior, abriéndonos al amor, a la reconciliación y a una comunión más profunda con los demás. La segunda es la puerta mística del Evangelio, que nos conduce al horizonte trascendente del Reino de Dios, donde nuestros ojos se abren para ver a todos como hijos de Dios (Fratelli tutti). Imbuidos de la conciencia de Cristo, reconocemos la dignidad de toda persona y celebramos la comunión fraterna mediante actos concretos de amor y servicio. Este Jubileo es también un momento privilegiado para redescubrir el don de la Reconciliación, tanto personal como comunitaria, un tiempo de gracia para fomentar el perdón, la sanación y la renovación en nosotros mismos, en nuestras comunidades y en nuestros ministerios.
El concepto bíblico del Jubileo (cf. Levítico 25) —un tiempo de liberación, restauración y renovación— resuena profundamente con nuestro carisma claretiano de ser servidores de la Palabra y misioneros de esperanza y transformación. Como Congregación llamada a una misión profética, se nos invita a encarnar el espíritu del Jubileo de manera tangible promoviendo la justicia, la paz, la reconciliación y el cuidado de la creación. Animo a cada comunidad a reflexionar en oración sobre cómo puede encarnar este espíritu en su contexto específico. A través del discernimiento comunitario, consideren los pasos concretos que pueden dar para poner en práctica algunas de las siguientes sugerencias.
1. Renovación interna: Vivir el Jubileo en la Vida Claretiana
El espíritu del Jubileo llama a la renovación dentro de la Congregación, particularmente en la forma en que nos relacionamos unos con otros, vivimos nuestros votos y encarnamos el discipulado misionero. Esta renovación debe basarse en reavivar nuestra pasión misionera, porque sin ella no podemos ser portadores de esperanza.
a) Reconciliación Fraterna y Vida Comunitaria
- Fomentar procesos de perdón, sanación y reconciliación en las comunidades cuyas relaciones se han visto afectadas por malentendidos, conflictos o heridas del pasado.
- Fomentar una fraternidad auténtica, garantizando que cada miembro tenga un sentimiento de pertenencia y apoyo, y que nadie se sienta abandonado o marginado.
- Promover una cultura de escucha y sinodalidad, en la que se valoren todas las voces en la toma de decisiones.
b) Justicia Económica y Utilización de los Recursos
- Aplicar el principio de la economía del Jubileo gestionando los recursos comunitarios con espíritu de solidaridad y sencillez.
- Reforzar una gestión financiera responsable y comunicación de bienes, garantizando que nuestros bienes estén al servicio de la misión y de las necesidades de los pobres.
- Comprometerse con la transparencia económica y la rendición de cuentas, haciendo de los recursos financieros un medio de comunión y no de división.
- Participar activamente en iniciativas de lucha contra la pobreza y la marginación.
c) Cuidado de la Salud Integral de los Misioneros
- Fomentar programas regulares de renovación para nutrir la salud espiritual, emocional y física de nuestros miembros.
- Apoyar a quienes sirven en misiones exigentes brindándoles oportunidades de descanso, formación permanente y rejuvenecimiento espiritual.
- Animar a cada misionero a cuidar de su bienestar integral y rectitud moral ofreciendo apoyo para sanar heridas y superar patrones no saludables.
2. Compromiso Misionero: Llevar el Jubileo al Mundo
Como claretianos, nuestra vocación misionera nos obliga a ser profetas de justicia, reconciliación y cuidado de la creación. El espíritu del Jubileo puede dar forma a nuestros ministerios de manera poderosa.
a) Compromiso con la Justicia y los Pobres
- Reforzar los ministerios que promueven la dignidad de los pobres, en particular en las comunidades marginadas, prestando especial atención a los enfermos, los ancianos y los presos.
- Defender los derechos de los migrantes, refugiados y desplazados, viviendo el principio bíblico del Jubileo de acoger al extranjero.
- Apoyar iniciativas que faciliten el acceso a la educación, la atención sanitaria y la capacitación de las poblaciones vulnerables.
- Defender firmemente la verdad, la justicia y la misericordia, incluso cuando supongan un coste personal, y apoyar a quienes persiguen valientemente estos valores.
- Participar en la defensa de la cancelación o disminución de la deuda y la justicia económica, amplificando las voces de los pobres.
b) Consolidación de la Paz y la Reconciliación
- Participar activamente en los esfuerzos de consolidación de la paz, fomentando la reconciliación en regiones desgarradas por la división y la violencia.
- Promover el diálogo interreligioso e intercultural, reforzando el entendimiento mutuo en un mundo a menudo marcado por la fragmentación.
- Facilitar procesos de curación para personas y comunidades afectadas por la guerra, la discriminación y las injusticias históricas.
c) Integridad de la Creación y Responsabilidad Ecológica
- Implementar prácticas ambientales sostenibles en las casas e instituciones claretianas, integrando Laudato Si' en nuestro estilo de vida.
- Promover proyectos ecológicos, como la reforestación, la agricultura ecológica y las energías renovables, sobre todo en los territorios de misión.
- Educar y sensibilizar sobre la justicia climática, implicando a los jóvenes y a las comunidades locales.
- Desarrollar retiros de eco-espiritualidad y programas de formación, vinculando el cuidado de la creación con la espiritualidad claretiana.
3. Un Enfoque Jubilar del Liderazgo y el Gobierno
a) Liderazgo de Servicio y Sinodalidad
- Fomentar el liderazgo de servicio y la participación sinodal, garantizando que el gobierno sea inclusivo y consultivo.
- Reforzar los procesos de toma de decisiones basados en el discernimiento en todas nuestras estructuras, fomentando la responsabilidad, la rendición de cuentas y la transparencia a todos los niveles.
- Profundizar en el sentido de misión compartida a todos los niveles, reconociendo que todos participamos en la *Missio Dei* a través de la diversidad de vocaciones, carismas y ministerios.
b) Formación para la Espiritualidad Misionera Jubilar
- Integrar los temas del Jubileo en la formación de los claretianos, asegurando que nuestros misioneros desarrollen una visión de justicia, reconciliación y cuidado de la creación.
- Proporcionar formación especializada en justicia social, construcción de la paz y gestión ecológica a quienes participan en ministerios sociales.
- Fomentar programas de formación permanente que alimenten la renovación personal, el diálogo intercultural y la profundización en la identidad claretiana.
Queridos hermanos, como hijos del Corazón de María, mantengamos encendidos nuestros corazones con el amor de Dios, compartiendo su compasión y su firme esperanza en un mundo que sufre, y colaborando con el Espíritu para dar vida al Sueño de Dios para la humanidad. En nuestra peregrinación, María camina con nosotros, guiándonos con esperanza y gracia.
P. Mathew Vattamattam, CMF
Superior General
Fiesta de la Cátedra de San Pedro
Roma, 22 de febrero de 2025
Via Sacro Cuore di Maria, 5 | 00197 Roma
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