CONCIERTO: “ENTRE COROS”

La noche del 19 de noviembre el Templo de San Antonio María Claret fue un escenario lleno de voces y alegría que contagió a muchos feligreses de esta rectoría.

Este templo de San Antonio María Claret fue una sede del 16º Concierto "Entre Coros”, que este año convocó a coros de diferentes lugares de la Ciudad de México y un coro venido de Canadá. Así, este recinto religioso abrió sus puertas a cinco coros con excelentes voces, los cuales generaron en cada uno de los asistentes una sublime experiencia auditiva.

A lo largo de hora y media se tuvo la oportunidad de escuchar variadas voces e interpretaciones en varios idiomas.

El coro Elohim Getsemaní fue el que representó a este templo de San Antonio María Claret y, siendo ellos los anfitriones, entonaron bonitos cantos, a través de los cuales dieron muestra de la riqueza y alegría de nuestra cultura mexicana.

Por su parte, los otros coros impregnaban el escenario de emotivas interpretaciones llenas de profundidad musical y sentimiento; y podemos decir también que generaban un clima espiritual variado: de alegría y emotividad, vivacidad y serenidad, profundidad y solemnidad. En una palabra, era como recrear o llenar el corazón de felicidad a cada uno de los asistentes.

Así, este templo de San Antonio María Claret abrió sus puertas, siguiendo el carisma de claretiano que valora y atiende las fronteras culturales. Podemos decir que se debe continuar, hoy más que nunca, en ser una “iglesia de puertas abiertas”, expresión pastoral y misionera que el papa Francisco les ha dejado con una fuerte carga eclesiológica. Guardando el decoro debido, se trata de hacer del templo un espacio histórico que produce eclosiones de sensaciones desbordantes, y recordar que se puede uno comunicar con lo divino a través del canto y así nutrir el espíritu.

Tanto los directores como los cantores de estos cinco coros compartían sus voces y los latidos de sus corazones para generar en cada uno de los asistentes un amor a la música, al canto y dejar en claro que hoy más que nunca se necesitan espacios que generen unidad y que expresen al mundo que lo religioso no está separado de las expresiones artístico-culturales.

Una vez terminado el concierto se tuvo un convivio con todos los coros participantes; el denominado Salón Guadalupano, adjunto al templo, estuvo repleto y reflejaba la fraternidad, la alegría y el compartir entre todos.