Featured

ENCUENTRO DE PREFECTOS DE FORMACIÓN | MENSAJE A LA CONGREGACIÓN

  • Fuente: Gobierno General
  • Fotografía: claret.org

Trazando mapas de esperanza: Desde Vic hasta los confines de la tierra

 

Querida Congregación:

Reunidos en torno a la tumba del Padre Claret y guiados por el Espíritu que nos forma en el Corazón de María, les enviamos un saludo de alegría y esperanza. Del 3 al 12 de noviembre de 2025, los Prefectos de Formación, junto al Prefecto General, nos encontramos para detenernos, escuchar al Espíritu y renovar juntos nuestra misión como animadores de la formación en la Congregación. Inspirados por el Papa León XIV, queremos trazar nuevos mapas de esperanza que nos impulsen a seguir viviendo nuestra vocación en la Iglesia y en el mundo, con la guía de nuestro Plan General de Formación. Hemos profundizado en cuatro puntos cardinales de la formación.

 

Transformación

El objetivo principal de la formación es la unión y configuración con Cristo, según el carisma claretiano en la Iglesia, mediante un proceso personalizador y transformador que comienza en la formación inicial y continúa toda nuestra vida (PGF 10). Así como Moisés fue llamado, purificado y transformado para su misión, también nosotros estamos llamados a dejar que el Espíritu Santo obre en nuestra frágil humanidad para convertirnos en sus servidores (cf. Ex 3-4; Hch 7, 30-36). Esta transformación se despliega a través de procesos constantes de discernimiento y acompañamiento. En este sentido, la Fragua sigue siendo un itinerario espiritual privilegiado para comprender nuestro proceso formativo. Así pues, reconocemos, junto con toda la Congregación, la urgencia de continuar promoviendo los procesos de acompañamiento personalizado, como el modo en que cuidamos cada vocación como un regalo de Dios.

 

Sinodalidad

La sinodalidad es, ante todo, nuestro estilo de vida cotidiano. Juntos, formandos y formadores, hermanos, diáconos, presbíteros y laicos, con la Familia Claretiana, en comunión, participación y misión, queremos responder a lo que el Espíritu pide a la Iglesia. Como en una orquesta, enfatizamos la importancia de apreciar la variedad y diversidad que cada uno de nosotros aporta a la realización de nuestra común misión: entonar la sinfonía del Reino de Dios en el corazón del mundo. Es la misma sinfonía que queremos entonar con todo el Pueblo de Dios, como Iglesia sinodal. El Espíritu nos invita a despertar en las nuevas generaciones la sed de aprender, de escuchar, de perdonar, de arriesgar la vida por la misión; de cuidarse unos a otros, de discernir juntos, de planificar y evaluar juntos nuestro proyecto comunitario y, esencialmente, de ser hermanos en comunidad. También nos invita a colaborar con otros laicos, religiosos y religiosas, sacerdotes y todos los pastores de la Iglesia. Deseamos vivir con atención vigilante a los signos de los tiempos, en diálogo constante sobre las realidades formativas con la colaboración de laicos y expertos y un mayor intercambio entre las Conferencias y los Organismos Mayores. Nuestras comunidades locales están llamadas a comprometerse con un diálogo mejorado, con el compartir y la participación de todos en el proceso de discernimiento comunitario.

 

Identidad

La misión es la clave central de la formación y el núcleo de nuestra vocación (PGF 69). Misión y formación no son dos realidades separadas, sino dos dimensiones intrínsecamente unidas de nuestra identidad misionera. Desde esta perspectiva, queremos seguir afianzando la identidad carismática en los procesos de formación. Por un lado, en la promoción, el cuidado y la debida orientación de las vocaciones específicas en la Congregación -hermanos, diáconos y presbíteros-, comprometiéndonos a acompañar a cada formando para que pueda descubrir su vocación en nuestra Congregación. Creemos que es urgente corregir el lenguaje que, en muchos lugares, no permite expresar la variedad carismática que conforma nuestra Congregación. Por ejemplo, en la Congregación todos somos misioneros claretianos; nuestros centros formativos son casas de formación y no seminarios, porque hay diversidad de vocaciones. Por otro lado, como claretianos, estamos llamados a vivir con arraigo lo más específico de nuestro carisma en el tejido eclesial.

 

En camino

Somos discípulos en camino, siempre abiertos a la Palabra, al clamor del pueblo y a la voz del Espíritu (PGF 10). De esta manera, nos sentimos llamados, con toda la Congregación, a seguir impulsando una auténtica cultura de formación permanente, que priorice el acompañamiento personal, alimente y renueve continuamente nuestra vocación misionera. Esta cultura se concreta a través de la lectura y el estudio de los documentos de la Iglesia y de la Congregación; la elaboración de planes provinciales de formación permanente; la participación en los encuentros del organismo, conferencias de religiosos, retiros, ejercicios espirituales y asambleas; la integración de la formación en los proyectos comunitarios y personales; y la promoción de los procesos de especialización según las necesidades de cada organismo y de la Congregación en su conjunto. Como misioneros en camino, sabemos que solo una formación sólida, coherente, integral y transformadora puede ser la brújula que nos oriente para seguir siendo sembradores de esperanza y testigos creíbles del Evangelio en el mundo de hoy.

Concluido este encuentro, volvemos la mirada a nuestros mártires de Barbastro como un modelo luminoso y vigente para la formación de todos los tiempos. Su martirio no fue fruto del azar ni de un impulso momentáneo; fue la expresión culminante de un proceso formativo profundo que moldeó en ellos una entrega radical. Nos interpela especialmente una escena de la película Un Dios prohibido, en la que el P. Felipe de Jesús Munárriz, superior de aquella comunidad, expresa con preocupación: “Temo por sus vidas y por su alma”. El P. Juan Díaz Nosti, formador de los mártires, le responde con convicción: “Les hemos educado bien, Padre Felipe. Son fuertes, aguantarán”. Estas palabras resuenan con fuerza en nuestro corazón, recordándonos la seriedad y la belleza de la tarea formativa. Con este espíritu, les saludamos fraternalmente, con el anhelo de seguir trazando mapas de esperanza por medio de una formación viva, encarnada y fiel al Evangelio.

En Vic a 12 de noviembre de 2025.

CURIA PROVINCIAL

ACCESO A CURIA


OFICINAS

Av. Cuauhtémoc 946,
Narvarte, Benito Juárez,
03020, Ciudad de México
Tel. 55.55.43.51.72

_________________ 

PARA ENVÍOS

Templo de San Antonio María Claret
Cuauhtémoc 939.
Col. Narvarte, Benito Juárez
03020, Ciudad de México
Tel. 55.55.43.27.66 / 55.56.69.15.59