
MOSAICO VIVO | P. JOSÉ RODOLFO
- Autor: P. Jesús García, CMF
A quien lea este pobre, humilde e incompleto escrito, le pido que colabore a embellecer la imagen del Padre Rodolfo García Mireles.
Claro que debe estar descansando en paz un hombre que, en medio de sus limitaciones humanas, entregó su vida al servicio de Cristo como misionero claretiano.
Fuentes cercanas a él, afirman que como estudiante fue excelente alumno con una capacidad intelectual sobresaliente; responsable, respetuoso, alegre y capaz de detectar problemas y tender la mano a sus compañeros de estudio en los momentos difíciles.
Muy alegre y con mucha capacidad de organización. Eso me consta por el tiempo que lo tuvimos en Morelia como prefecto.
Fue una gran preocupación del P. Mireles, hacer posible la llegada de algunos estudiantes (entre ellos, yo) que, habiendo terminado la secundaria en Toluca, pasábamos al bachillerato en Morelia.
Allí afloró su calidad humana en el amor por los estudiantes de preparatoria en Morelia, donde realizó con mucha entrega, su papel de Prefecto y gran consejero. (Vale anotar que yo, por estar enfermo de sinusitis, no podía ir a Morelia hasta que estuviera sano. Pero gracias a Dios y al Padre Rodolfo que me aceptó enfermo, pude estar en Morelia realizando los estudios de la Preparatoria)
Gracias a su calidad espiritual como guía y director, algunos superamos fuertes crisis vocacionales infundiéndonos el amor a Jesús Sacramentado y al Corazón de María.
Sé que, por su gran espiritualidad, impartió tandas de ejercicios espirituales durante mucho tiempo. Aún en el lecho del dolor como enfermo, algunas personas lo buscaban para recibir dirección espiritual.
Mis respetos para el Padre Rodolfo como guía espiritual de los boy scouts a quienes dirigió por varios años. Aún hoy en día, muchas personas lo recuerdan con mucho cariño.
¡Cómo recuerdo con mucha gratitud los momentos tan agradables que nos hizo pasar en los paseos comunitarios, cuidando, como padre y amigo, que todos disfrutáramos del momento jugando, cantando o compartiendo los alimentos!
Además de su profunda devoción a Jesús Sacramentado y al Inmaculado Corazón de María, tenía especial devoción a San José.
Dicho sea de paso, le tenía mucha admiración a la naturaleza. Amaba la madera convertida artísticamente en imágenes, muchas de ellas, religiosas como la de San José.
Siento que también fue un hombre de gobierno que supo dirigir la provincia con tal acierto en su tiempo que, fue reelecto como provincial por el cariño y aprecio de los miembros de la Provincia. También allí manifestó su preocupación por los misioneros en vanguardia.
En una visita que hizo a la Misión de Tlacoapa, Guerrero, se enterneció tanto por las labores apostólicas y promoción humana que realizábamos los misioneros que, tomó la decisión con su equipo de gobierno, de preocuparse de modo especial por la salud integral de los misioneros que en ese tiempo trabajábamos allá.
En calidad de enfermo.
Llega a Morelia en calidad de enfermo. Por un lado, manifiesta, al llegar, alegría de sentirse acompañado por alguien que se formó junto a él compartiendo la vida como formador y formando. Por otro lado, con la tristeza de alguien que quiere hacer todo lo posible de valerse por sí mismo en lo que respecta a su persona y darse cuenta que tiene que trabajar la humildad para dejarse hacer lo que él ya no puede.
Al llegar, aún es capaz de valerse por sí mismo casi en todos los aspectos. Desgraciadamente llega el momento en que nuestro creer que podemos, nos engaña y queremos realizar cosas que ya no están al alcance de nuestras fuerzas. Esto ha pasado, casi con todos los padres que últimamente han fallecido, y el Padre Rodolfo no fue la excepción. Llegó el momento en que ya no calculaba la distancia de los objetos. Recuerdo la primera caída, fue en el elevador no se golpeó fuerte, pero una de las ruedas de la andadera, quedó destruida. Varias veces cayó y poco a poco lo fue resintiendo su cuerpo que terminó con fuertes dolores en sus piernas que tuvimos que moverlo en silla de ruedas.
Algo que me llamó muchísimo la atención fue que, siempre pidió que le lleváramos a Jesús Sacramentado a quien recibía con muchísimo amor y quedaba muy agradecido.
A quien lea este pobre, humilde e incompleto escrito, le pido que colabore a embellecer la imagen del Padre Rodolfo García Mireles.
¡Muchas gracias!