ESCUCHAR PRACTICANDO UNA LECTURA ATENTA

ESCUCHAR PRACTICANDO UNA LECTURA ATENTA

  • Autor: P. Henry B. Omonisaye, CMF

El tiempo de Cuaresma está aquí de nuevo. Existimos en el espacio y en el tiempo, y Dios se relaciona con nosotros en ese mismo marco espacio temporal. Hay momentos y tiempos (Ecl 3,1) para los diversos acontecimientos que suceden y se realizan. Esto es particularmente cierto en Cuaresma, el tiempo en que solemos decir que "nos acercamos a Dios y recorremos los caminos de la penitencia y la caridad".

Este año me siento singularmente llamado a compartir con vosotros este comentario sobre el Sueño de la Congregación: "Nos comprometemos a dedicar diariamente tiempo para acoger la Palabra en el corazón, al ritmo del Año Litúrgico, y a proclamarla con unción en nuestros servicios pastorales" (QC 53). El afecto a la Palabra y la lectura diaria de la Palabra de Dios1 tienen un origen carismático, tal como nos ha relatado nuestro Fundador (cf. Aut 113, 151, etc.). El XXVI Capítulo General nos invita a sumarnos a esta bendita práctica o, mejor aún, a intensificarla, como un componente importante del Sueño de la Congregación.

El tiempo de Cuaresma puede ofrecernos la posibilidad de un mayor compromiso con esta dimensión del Sueño. En su mensaje para la cuaresma de este año, el Papa Francisco, inspirándose en los relatos de la Transfiguración del Señor, subraya dos prácticas importantes con las que podríamos comprometernos durante la Cuaresma: (i) escuchar al Señor que nos habla, y (ii) evitar refugiarnos en determinadas experiencias religiosas por miedo a afrontar las realidades de la vida.

Si leemos diariamente con atención la Palabra de Dios a través de la que la Palabra nos habla, podemos practicar la escucha a la que el Papa invita. Se trata de algo muy en sintonía con la llamada de nuestro Capítulo y su exhortación a que vivamos enraizados en Cristo como oyentes y servidores de la Palabra. Tenemos la suerte de poder celebrar diariamente la Eucaristía y de escuchar en ella la palabra que se nos proclama. He aquí algunas sencillas prácticas que podemos hacer nuestras en esta clave de escucha:

  1. Leer con atención el texto que la liturgia ofrece el día
  2. Intensificar la práctica de la lectio divina semanal en
  3. Compartir la palabra de Dios con el pueblo de

Podríamos llevar a cabo estas prácticas, e incluirlas en nuestro plan pastoral para el tiempo de Cuaresma. En el mensaje del Papa hay otro elemento, relacionado también con la escucha, que evoca nuestro Sueño: somos enviados a dar a conocer esta Palabra a los demás. Hace poco hemos reflexionado sobre la necesidad de preparar y ejecutar bien las homilías2. Hoy son muchas las personas que no tienen la oportunidad de asistir a misa -o no quieren hacerlo-, pero tienen acceso a internet. Podemos llegar a estos hermanos y hermanas nuestros en el continente digital. Seamos de aquellos que llevan la Palabra a muchas personas que no pueden ir a la iglesia, pero sí pueden navegar por internet. Este es un modo de hacernos cibermisioneros (cf. QC 72c) teniendo en cuenta los criterios que ayudan a preparar bien los contenidos y a presentar con notable calidad la Palabra de modo sencillo, comprensible y audaz.

Con estas líneas deseo exhortarnos a todos a continuar nuestro caminar como Congregación que peregrina con la Iglesia hacia la realización de nuestro sueño.

Os deseo a todos un feliz y fructífero tiempo de Cuaresma, acompañado de la gracia de la escucha atenta de la Palabra.

Vuestro hermano,

Henry B. Omonisaye, CMF

Prefecto general de pastoral bíblica y comunicaciones

 

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1 San Antonio María Claret leía cada día dos capítulos de la Biblia -cuatro en Cuaresma-, siguiendo los consejos del obispo Corcuera. Durante toda su vida fue fiel a esta lectura y la recomendó a los demás. Publicó varias ediciones de la Biblia, deseando ponerla al alcance de todos.

2 Cf. PREFECTURA GENERAL DE PASTORAL BÍBLICA Y COMUNICACIONES. Carta sobre la celebración del Domingo de la Palabra de Dios. Roma, 2023.

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