PROCESIÓN DE CORPUS CHRISTI Y ORACIÓN POR LAS VOCACIONES DE LA FAMILIA CLARETIANA

El 31 de mayo, festividad de la Visitación de María, ha sido designado por la Familia Claretiana como el Día de las Vocaciones Claretianas. En este contexto de celebración y reflexión, y coincidiendo este año con la proximidad de la Solemnidad de Corpus Christi a la fiesta de la Visitación, la comunidad de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Torreón organizó una procesión solemne con el Santísimo Sacramento, iniciando en la Capilla del Cerro de la Cruz y terminando en la Parroquia. Esta procesión se convirtió en un acto de fe y devoción comunitaria, reuniendo a fieles de la Parroquia, particularmente una cantidad considerable de jóvenes, en una demostración de unidad y compromiso con nuestra familia claretiana.

La procesión incluyó siete estaciones distribuidas a lo largo de diferentes puntos de las calles que rodean la Parroquia, culminando en el Templo. En cada una de estas estaciones, se llevaron a cabo momentos de oración, centrándonos en las vocaciones de las diversas ramas que conforman la Familia Claretiana. Se rezó por los laicos comprometidos, por las mujeres que sienten el llamado a consagrarse en su vida cotidiana, y por aquellos hombres y mujeres que han decidido dedicar su vida completamente al servicio de Dios siguiendo el carisma de San Antonio María Claret.

Durante cada estación, los participantes reflexionaron sobre la importancia de la vocación y su papel en la expansión del Reino de Dios. Las procesión estuvo acompañada de cantos, reforzando así el testimonio de ser cristianos en el mundo de hoy. La última estación, celebrada dentro de la Parroquia, fue un momento culminante en el que se pidió especialmente por el aumento de vocaciones a nuestra Congregación y especialmente a nuestra Provincia, rogando al Señor que continúe llamando a más jóvenes a esta misión.

Que este día tan significativo para nosotros sea una oportunidad para renovar y profundizar nuestro compromiso de vida y testimonio. Que nuestras palabras y nuestro estilo de vida se conviertan en una invitación constante y elocuente a fomentar las vocaciones en la Iglesia y en nuestra Congregación. Al celebrar y reflexionar en esta jornada, que cada acción y cada palabra nuestras inspire a otros a descubrir y responder al llamado divino, y que nuestro ejemplo de fe, dedicación y amor al prójimo sirva como un faro que guíe a muchos hacia el camino del servicio y la consagración.