Escucha que debe preferir a Jesús sobre todas las cosas, quererlo aún más sobre papá y mamá. Tú quieres mucho a papá y a mamá, pero a Dios quiérelo más.
Jesucristo nos dice: "Toma tu cruz de cada día y sígueme." Cuando San Judas sentía el cansancio de sus correrías apostólicas y cuando tenía que aguantar el rechazo y malos tratos de los que rechazaban sus enseñanzas, seguramente recordaba le sentencia de Jesús: "Toma tu cruz de cada día y sígueme". Si alguna vez sintió la tentación de entregarse a una vida más cómoda recordó que Jesús dijo la conveniencia de perder su vida en él.
¿Y tú qué anhelas en la vida, cuáles son tus aspiraciones?, anhela cosas valiosas, anhela acontecimientos grandiosos, pero sobre todo anhela a Cristo, aunque por tenerlo a él tengas que perder lo demás.
Cuando te sientas cansado, frustrado, desalentado, recuerda la cruz de cada día que Cristo nos ofreció, entonces descubrirás el valioso trueque de las grandezas de Cristo a cambio de nuestras pequeñeces.